Hay cinco aspectos importantes que hacen posible la evangelización. La evangelización es posible a través de:
- El poder del Espíritu Santo, sin él es imposible.
- El testimonio impactante en acción.
- La proclamación ungida y clara del evangelio.
- La comunicación en amor para llevar a las personas a una relación vital con Cristo.
- El perseverar al conducir sabiamente al nuevo creyente a mantener una relación con Cristo manifestada por el bautismo y en la asistencia de una membresía reproductiva.
La evangelización es un trabajo en equipoEn la evangelización no deben existir héroes. El único protagonista es Jesucristo. Este principio se ilustra claramente en la Iglesia de Cristo, en Efesios donde el apóstol Pablo nos lo explica comparándolo con el cuerpo en el cual la cabeza es el protagonista y todo el resto de sus miembros depende uno del otro, si un miembro deja de funcionar por muy insignificante que sea, afecta a resto o simplemente se queda incompleto, herido sin él. “Ningún creyente tiene todos los dones necesarios para una evangelización completa y eficaz”, no tiene la respuesta a todas las preguntas que los no creyentes hacen, no todos tienen la habilidad de expresarse a los distintos grupos sociales o ante los diferentes temperamentos de conducta o personalidad.
Cuando trabajamos junto a otros existe la probabilidad de descubrir cualidades que complementan el cuerpo de Cristo, a continuación mencionaremos 3 sugerencias:
Oramos juntos:La oración puede ser un gancho para animar a otros a involucrarse en la tarea de la evangelización. El intercambio de experiencias y testimonios enriquecerán y edificarán la vida de los compañeros en oración.
Juntos pueden apropiarse de las promesas bíblicas para alcanzar a otros para Cristo, en oración ponen las peticiones ante el trono de la gracia, se cubren en oración unos con otros y la fe crece al compartir los testimonios de la respuesta a su oración.
Evangelizamos juntos:En apoyarnos un compañero cuando evangelizamos. Darán paso a mostrar un testimonio de compañerismo a los no creyentes y complementaría lo que al otro le falta. Si a uno le cuesta relacionarse e iniciar una conversación. El otro puede tener la habilidad de expresarse y ser amable. Si uno tiene conocimiento para presentar el evangelio, el otro puede tener discernimiento para darse cuenta de las necesidades especificas del oyente y podrán compartirse el trabajo: uno comienza, el otro continua y juntos pueden dar respuestas especificas a las inquietudes que se presenten. Dios nos ha hecho diferentes y nos da dones específicos a cada quién, todos debemos evangelizar, no importa el método, seamos libres, auténticos, tengamos nuestro propio estilo dentro de esta tarea.
Nos animamos: Todos en algún momento nos desanimamos al evangelizar. Los problemas, las burlas, el rechazo hacen difícil el mantener el entusiasmo. El enemigo tiene gran interés que depongamos nuestras armas y bajemos la guardia. Un amigo, un compañero nos dará la fuerza para continuar hacia delante porque tan solo su presencia nos estimularía y nos levantaría él ánimo, a través de sus palabras de consolación exhortación o con tan solo un palmadita en la espalda. Pablo constantemente estimulaba a Timoteo, ellos son el mejor ejemplo de su trabajo en equipo. (2 Timoteo 1:6-8; 2 Timoteo 2:1-3,15, 21, Timoteo 2:24-26 y 2 Timoteo 4:5)
Meily Pérez
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