domingo, diciembre 31, 2006

Salida 1 Grupo


El 29 de diciembre iniciamos el día madrugando en el aeropuerto internacional de Maiquetía, acompañados de algunos amigos y familiares.


Abordamos el primer avión con destino a Bogotá-Colombia. Al llegar realizamos conexión de vuelo hacia ciudad de México después de una rigurosa revisión de algunas de nuestras maletas en el aeropuerto de Colombia. En este trayecto comenzamos a sentir los cuidados de Dios, puesto que las comidas estuvieron buenísimas.


Por fin... pisamos suelo mexicano!!!!!!. Nos sorprendimos de lo amplio y extenso de las instalaciones del aeropuerto, el cual tuvimos que cruzar casi en su totalidad. Después de preguntar aproximadamente 10 veces si íbamos en dirección correcta para cumplir con los registros migratorios, nuestros corazones saltaron de alegría al ver al Pastor Eliseo esperándonos ansiosamente.


Fue toda una experiencia calurosa colocar las maletas en la camioneta que nos trasladaría a la ciudad de Guadalajara. Nos costó casi tres horas poder salir de la Ciudad de México, entre el tráfico y buscar un sitio donde cenar que aceptara tarjeta de crédito.


Finalmente tomamos rumbo a nuestro destino, Guadalajara, luego de unas larga travesía de aproximadamente 8 horas de camino, en el que el Pastor Eliseo junto a Cristian fueron los responsables de conducirnos a nuestro destino.

2 comentarios:

Unknown dijo...

GLoria Al Santo Nombre de Dios, me llena de gozo ver que hallan llegado bien, Aleluya. Solo quiero preguntar, ¿como es la via hacia Guadalajara? ¿está en buen estado? ¿iluminada?, creo que me tocará manejar. bueno confiamos en el Seños. Saludos a Todos. Somos más que vencedores!!!!

Unknown dijo...

Que buenisimas noticias, es increible como leyendo estas lineas se puede sentir la presencia de Dios y la emoción de ser una servidora, y por supuesto, ser una más de este hermoso equipo. Gloria a Dios por cada momento del viaje y cada momento de la experiencia. Saludos a todos! nos vemos pronto en el nombre de Jesus!
pd: Angel, no te preocupeis, que el que manejara el coche será nuestro Señor Jesucristo